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No es lo mismo, ni es igual

No es lo mismo, ni es igual

Por: Gerardo Enrique Garibay Camarena

19/marzo/2007

 

Estamos en una era de cambios, donde, como nunca antes, las circunstancias y paradigmas se transforman a gran velocidad, tanto en la política como en la sociedad o la economía.

Hace unas semanas vimos un claro ejemplo de lo anterior, cuando 2 analistas de Bloomberg, una de las más respetadas agencias de información financiera, propiedad del Magnate y alcalde Republicano de Nueva York, Michael Bloomberg, reportaron que solo es cuestión de tiempo para que, quizá antes del final de la década, la armadora japonesa Toyota supere a la norteamericana General Motors y se convierta en la compañía líder en ventas de vehículos a nivel mundial.

La importancia de esta noticia radica en que GM ha mantenido el liderazgo mundial del ramo automotriz durante 80 años. Sin embargo, en los últimos tiempos ha venido experimentando una grave crisis, detonada por la pérdida de mercado en los Estados Unidos, mounstrosas pérdidas en el viejo continente (3 billones de dólares en 4 años) y la creciente competencia; lo que se ha visto reflejado en la desaparición de Oldsmobile (su más antigua subsidiaria), el cierre de plantas en los Estados Unidos, y una reestructura global, que incluye despidos masivos, en un desesperado intento por reducir las pérdidas y estabilizar el barco.

Mientras tanto, Toyota ha logrado entrar a nueva regiones, además de luchar codo a codo con las empresas locales por el mercado norteamericano. Irónicamente, mientras las compañías norteamericanas producen cada vez más autos en Latinoamérica o Asia, Toyota tiende a fabricar un mayor número de sus vehículos en Estados Unidos, lo que se ve reflejado en el incremento de sus ventas en la región, que alcanzaron los 2 millones de unidades durante el 2005.

Hace unos meses, el Wall Street Journal publicó un editorial del investigador James P. Womack, quien explicó los motivos que han llevado a las empresas de Detroit a perder la batalla contra su homóloga japonesa, entre los que destacan: El mejor sistema de ingeniería de Toyota; el que GM y Ford presionan demasiado a sus proveedores; Que Toyota ha sabido generar un ambiente de trabajo en equipo de mucho mejor manera que sus competidores; Que GM y Ford tienen demasiadas marcas (Chevrolet, Pontiac, Hummer, Saab, etc., etc.) mientras que Toyota solo tiene 2 ó 3, lo que le facilita su proceso productivo y que mientras GM y Ford consideran a los clientes como extraños, Toyota les ofrece a estos un mejor trato. A lo anterior hay que sumar la desconfianza entre los sindicatos y la gerencia de GM, que dificulta la cooperación en tiempos difíciles.

Todo esto no significa que GM sea una mala compañía, de hecho hay que hacer bastante bien las cosas para mantenerse como el líder durante 80 años; pero sí que a pesar de ser muy exitosa no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos tan bien como pudo haberlo hecho.

La moraleja de es que hay que estar siempre dispuesto a la mejora continúa, ya sea en una empresa, en el gobierno, en un partido político, en cualquier organización. No importa que tan exitoso se sea, hay que estar alertas a los cambios, los síntomas del desgaste y los problemas que genera la continuidad, pues, de no hacerlo, más temprano que tarde llegará un competidor que sí haya logrado estar a la altura de los cambios y aproveche las circunstancias para tomar el liderato. Más vale estar atentos, porque, en el mundo actual, mañana ya no es lo mismo, ni es igual.

garibaycamarena@hotmail.com               http://sinmediastintas.tripod.com

Sin medias tintas, opinión y análisis sociopolítico

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