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Un día más en mayo

Un día más en mayo

Por: Gerardo Enrique Garibay Camarena

30-abril-2007

 

Este primero de mayo se conmemora el Día del Trabajo, celebración surgida a raíz de un atentado dinamitero en los Estados Unidos y que se convirtió, durante el régimen priísta en una de las grandes ceremonias de pleitesía al gobernante en turno.

El pasado 20 de noviembre, el entonces Presidente Fox causó conmoción al cancelar el desfile deportivo que hasta entonces se realizaba. Ahora, al anunciar que no participará en la conmemoración del 1 de mayo, el Presidente Calderón hace lo propio. En ambos casos se trata de fechas sumamente representativas para el antiguo régimen, pero que en el contexto de la nueva democracia han perdido gran parte de su significado.

Durante los gobiernos priístas el 1 de mayo servía para que los sindicatos, casi unánimemente afiliados al PRI, encabezados por organizaciones como la CROC y la CTM, ratificaran su lealtad y apoyo al Presidente; se trataba además de una demostración de fuerza y poder de convocatoria por parte de un grupo de líderes sindicales mucho más preocupados por obtener y mantener posiciones políticas que por defender a sus agremiados.

El sindicalismo mexicano se convirtió al paso de los años en una caricatura de si mismo, reflejo de la también caricaturesca realidad de un esquema laboral que al tiempo en que decía proteger los intereses de los trabajadores limitaba (y limita) de hecho las oportunidades para que millones de mexicanos puedan acceder a un empleo digno.

Atascado entre sindicatos charros, gobiernos demagógicos y vulgata marxista, el esquema laboral mexicano se quedó anquilosado, afectando la competitividad del país, mientras gran parte de la población se ha visto obligada a formar parte de la economía subterránea en aras de sobrevivir.

Es por ello que en los últimos años se ha buscado la promoción de una nueva cultura laboral, que permita fomentar la generación de más empleos y elevar la productividad del país. Ante la creciente competencia es necesaria la democratización de los sindicatos y que sus dirigentes comprendan de una buena vez que lo que le conviene a los trabajadores no es atacar al patrón, sino colaborar para que la empresa donde trabajan sea lo suficientemente fuerte como para navegar en las aguas de la globalización y mantener las fuentes de empleo.

Por esto es importante y significativa la ausencia del Presidente Calderón en el evento del 1 de mayo, porque es una señal de que los sindicatos y los trabajadores no deben ser explotados con fines políticos, sino dedicarse de lleno a lo que les corresponde, o sea, a producir con eficiencia en el caso de los trabajadores y a evitar abusos en el caso de los sindicatos.

Una nueva cultura laboral, este debe ser el objetivo: dejar atrás los viejos esquemas de conflicto y buscar nuevos sistemas que nos permitan contar con los empleos que México necesita, pues solo así combatiremos efectivamente la migración y la pobreza. El 1 de mayo y el conflicto que este representa debe pasar a segundo término, cuando todos tengamos la posibilidad de acceder a un empleo digno el primero de este mes será solo eso, un día más en mayo.

garibaycamarena@hotmail.com http://sinmediastintas.tripod.com

Sin medias tintas, opinión y análisis sociopolítico

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