Una
nueva cultura de vida
Por:
Gerardo Enrique Garibay Camarena
23/07/07
Había
sido uno de los grandes momentos del deporte mexicano, tras 32 años de espera, el equipo nacional de gimnasia femenil logró
la medalla de bronce en los juegos panamericanos que se celebran la ciudad brasileña de Río de Janeiro. Sin embargo, la alegría
duró poco, pues el jueves 19 de julio el comité organizador anunció que el representativo nacional quedó descalificado tras
informarse que una de las atletas que compitieron estaba registrada como entrenadora.
De
nada sirvieron los meses, años, décadas, de esfuerzo de deportistas, entrenadores y federativos, un tonto (por decir lo menos)
error burocrático echó por tierra el que hubiera sido una de la pocas notas positivas para la delegación tricolor en una decepcionante
justa continental. Lo más normal pdría ser pensar que fue un triste error y dejarlo ahí, pero desgraciadamente no se trata
de un caso aislado, sino de una muestra sintomática de la corrupción y la incompetencia que todavía recorren al deporte y
a la vida social de nuestro país.
Para
muestra basta un botón, la publicación de los indignantes sobrecostos en las obras públicas que el día de ayer dio a conocer
un periódico capitalino prueban fehacientemente la persistente ineficiencia con que vivimos en nuestro país. Casos como el
de la reconfiguración de la refinería de Minatitlan, que ha costado $440 MILLONES DE DÒLARES (unos $4,700 millones de pesos)
más de lo presupuestado, dejan un claro testimonio del daño que nos provoca la cultura del “ahí se va”.
El
descuido y la indolencia ante la corrupción son cosas que vivimos todos los días, en la política y la empresa, en la educación
y la vida cotidiana, y que constantemente frenan el desarrollo de nuestras comunidades, por tanto, si queremos romper las
cuerdas que nos atan a la pobreza es necesario no solo construir un nuevo marco legal, sino también una nueva cultura de vida,
con base en el esfuerzo, la eficiencia y la calidad, que abarque todos los ámbitos sociales y rompa los paradigmas que heredamos
de los gobiernos “revolucionarios”.
El
“San Lunes”, el “ya pa’ que”, el “ahí pa’l rato” y otras frases por el estilo,
así como lo que representan, deben ser superadas, si es que queremos ganarnos un lugar de prestigio en el mundo globalizado.
Para
lograr construir esta nueva cultura de vida es necesario impulsarla diariamente, desde todos los sitios donde nos desenvolvamos.
No se vale esperar a que la solución mágica nos venga de arriba, tenemos que empezar a luchar por ella desde hoy mismo, para
dejar de lado la incompetencia y la corrupción, para tener un mejor país. ¡Sí se puede!
http://sinmediastintas.tripod.com garibaycamarena@hotmail.com