El delirio del caudillo
Por:
Gerardo Enrique Garibay Camarena
12-Noviembre
-2007
¿Por qué no te callas? En apenas unas
horas la frase le ha dado la vuelta al mundo, provocando titulares en diarios y noticiarios e incluso convirtiéndose en inspiración
para multitud de parodias. Era el último día de una ríspida XVII Cumbre Iberoamericana; con sus constantes improperios e interrupciones
Hugo Chávez había llevado al Rey Juan Carlos I de España al límite de su paciencia y finalmente Su Majestad decidió ponerle
un alto al caudillo venezolano.
Hugo Chávez parece creer que todos los
demás tienen la obligación de aguantar sus agresiones, por lo que el comentario del Rey lo tomó por sorpresa y solo atinó
a responder lanzando acusaciones veladas sobre la presunta participación de la Embajada ibérica en el intento de golpe de
estado efectuado en contra de Chávez hace algunos años, denuncia que a nivel mundial ha sido tomada como una simple defensa
de ardido.
Y es que Hugo Chávez se ha convertido
en el típico tirano de republica bananera, desarmando el precario andamiaje democrático de Venezuela y empleando la represión
para acabar con sus críticos. Muestra de lo anterior son la cancelación de la concesión para Radio Caracas Televisión y las
agresiones registradas en días pasados contra estudiantes que protestaban por la nueva reforma constitucional, que de aprobarse
convertirá a Chávez en un dictador de facto, con reelecciones incluidas.
Esta reforma constitucional se votará
en referéndum el próximo 2 de diciembre y todo parece indicar que, ante la división de los opositores y el pasmo de la sociedad,
el régimen bolivariano quedará convertido en una dictadura socialista, con todo lo que ello implica.
Venezuela va en camino de convertirse
en la Cuba del siglo XXI y, al final del día, los venezolanos solo pueden culparse a sí mismos, pues fueron ellos los que
votaron por Chávez y los que lo han sostenido en el poder, recién ahora parece que empiezan a atisbar las consecuencias de
su indolencia, pero ya es demasiado tarde.
Aquella frase que reza: “los pueblos
tienen el gobierno que se merecen” se comprueba una vez más en el caso venezolano, pues ha sido el pueblo quien ha construido
al dictador y será el pueblo el que lo sufrirá. El caso Chávez queda como una enseñanza para el resto de Latinoamérica, acerca
de cómo un caudillo supuestamente democrático manipula y reprime para mostrar su verdadero rostro.
Apenas el año pasado México enfrentó un
riesgo similar encarnado en Andrés Manuel López Obrador, que incluso ha tenido el cinismo para formar un “gobierno legítimo”,
afortunadamente en nuestro país la gente, incluso dentro del PRD, le ha dado la espalda a ese aspirante a liderzuelo, sin
embargo la lucha para defender la democracia de los ataques del autoritarismo es constante y si nos descuidamos más temprano
que tarde solo nos quedará soportar el delirio del caudillo, o enfrentar la represión.
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