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Iscariotes Tapatios

Iscariotes Tapatíos
Por: Gerardo Enrique Garibaycamarena
28-Abril-2008


La tormenta inició el pasado 24 de marzo, cuando el Gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, anunció el donativo de 90 millones de pesos para la construcción del Santuario de los Mártires en la ciudad de Guadalajara, desatando las críticas del pseudo liberalismo dogmatico que aún prevalece en buena parte del espectro político.


El pretexto de quienes se oponen al donativo es que con ese dinero se podrían estar haciendo obras de interés social, cual el Judas Iscariote de la Biblia claman que mejor hay que gastar “en los pobres”, pero la verdad es que en la intransigencia de la oposición al proyecto se esconde el más retrógrado fanatismo jacobino.


 La verdad es que el proyecto, además de representar la consolidación de un sueño largamente acariciado por la sociedad jalisciense es una muy buena oportunidad para detonar el desarrollo del turismo religioso en Guadalajara, su zona metropolitana y el llamado “corredor cristero”. Viéndola fríamente, la inversión pública en esta obra está más que justificada, tan solo el año pasado el turismo religioso en la zona de los altos de Jalisco dejó ingresos por más de 2,000 millones de pesos, y se calcula que una vez que el nuevo mega Santuario entre en operación estas cifras aumentarán aún más.


Además las donaciones gubernamentales no son cosa nueva, y para muestra basta un botón, el pasado 22 de junio el Ayuntamiento de Guadalajara autorizó la donación de un terreno con valor de más de 1,000 millones de pesos (11 veces lo donado para el Santuario), para la construcción del museo Guggenheim y nadie se opuso, la pregunta es ¿porqué al museo sí y al santuario no?, sobre todo si consideramos que, a diferencia del museo, que es por definición una obra elitista, el Santuario de los Mártires refleja la identidad y el sentir de gran parte del pueblo jalisciense.


Hace ya 8 décadas la rebelión cristera surgió como una defensa popular ante la agresión arbitraria por parte  un gobierno fanático e intolerante hacia las creencias de sus gobernados, sirviendo como el dique que puso freno a la violencia sistemática del estado contra el catolicismo  y aunque es claro que en estos años se han dado avances de importancia en materia de respeto a la religión –a cualquier religión- todavía quedan resquicios de jacobinismo, pues,  como hemos podido observar en estos días la polémica  de fondo no es en sí sobre el aspecto técnico de la donación, sino porque la beneficiaria de ella fue la Iglesia Católica.


El debate que se ha iniciado en Jalisco respecto al Santuario de los Mártires es de importancia nacional, pues constituye una oportunidad irremplazable para dejar de lado el fanatismo antirreligioso que tanto atraso y destrucción nos ha heredado, para avanzar a un auténtico estado laico donde las Iglesias puedan ejercer en plenitud y mutuo respeto sus derechos como asociaciones religiosas.


En los Estados Modernos las religiones son coadyuvantes del gobierno en la tarea de construir una mejor sociedad, así ocurre en Estados Unidos y en muchos otros países de primer mundo, donde las visiones decimonónicas que aquí nos aturden han sido superadas desde hace mucho tiempo.


Los Iscariotes tapatíos, que claman porque el dinero se use en gasto social le hacen un flaco favor a su estado al boicotear un proyecto que no únicamente será uno de los principales catalizadores de una nueva etapa de desarrollo para Guadalajara, junto con el Guggenheim y el Centro JVC, sino que una vez concluido se convertirá en el símbolo de una nueva etapa de entendimiento y tolerancia entre los mexicanos, del paso de la tiranía a la democracia, del país de antaño al México del futuro, por fin.
 
garibaycamarena@hotmail.com         http://sinmediastintas.tripod.com

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