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La escafandra de las ilusiones

La escafandra de las ilusiones

Por: Gerardo Enrique Garibaycamarena

7-Julio-2008

Tras una larga elección interna, marcada por la división y el conflicto, finalmente el pasado 8 de junio Hillary Clinton apoyó públicamente las aspiraciones de Barack Obama, virtual candidato Demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos, un escenario que apenas un año atrás hubiera parecido imposible, pues Hillary era considerada como amplia favorita para obtener la nominación de su partido.

Sin embargo, con el correr de los meses, la candidatura de de Obama se fue fortaleciendo, principalmente entre los jóvenes, gracias a un discurso centrado en el cambio y a una serie de estrategias propagandísticas en que destacó un amplio uso de las posibilidades del internet y el apoyo de intérpretes musicales.

Es así que una persona completamente desconocida saltó a la fama con el nombre de “Obama girl”, la protagonista de una serie de videos en internet (algunos con casi 9 millones de visitantes) donde manifiesta su apoyo a Barack, quien a golpes de mercadotecnia se convirtió en una moda MTV, como el I Phone o el nuevo disco de Madonna.

¿Cuál es el problema? Bueno, pues que elegir gobernantes no es como comprar zapatos, las consecuencias de que los Estados Unidos voten por una mala opción en estas elecciones serían mucho más graves que un callo en el dedo gordo, y Obama, detrás de su reluciente máscara publicitaria, resulta una pésima opción, de entrada, por que ni en su discurso se puede creer.

Ya que Barack nunca ha tenido un cargo en el poder ejecutivo y lleva apenas cuatro años en el Senado, su fuerza electoral se basa básicamente la credibilidad de los electores en su discurso de cambio, de ahí que resulte sorprendente la facilidad con que el aspirante Demócrata se contradice a sí mismo, veamos:

En 2004 se manifestó en contra del embargo económico contra Cuba, mientras que en 2007 se declaró a favor; antes apoyaba la legalización de la marihuana, ahora se opone; primero se había comprometido a aceptar financiamiento público para su campaña, ahora dice que siempre no; y los ejemplos se acumulan por decenas. Tal parece que, al candidato que promete el cambio, su palabra (incluido el cambio) le importa muy poco, lo que le interesa es ganar el poder a toda costa, así es, igualito que los políticos tradicionales.

Las apariencias engañan, triste pero cierto, Barack Obama, el supuesto gran líder a la altura de Kennedy que, según sus seguidores, llevara a Estados Unidos y al planeta a una nueva era de prosperidad y felicidad insospechadas declaró en 2004, tras ser electo Senador, que pasaría los primeros meses de su periodo legislativo ¡buscando el retrete y averiguando cómo funcionan los teléfonos!, peor aún, siendo legislador local en Illinois fue el único en votar en contra de prohibir la clonación humana, “accidentalmente oprimí el botón equivocado”, alegó.

Resultan obvios los peligros de tener en el país del norte a un Presidente que “presiona los botones equivocados”, a pesar de lo cual Obama sigue siendo bastante popular dentro y fuera de los Estados Unidos, pues ha metido a buena parte del público en una escafandra de las ilusiones en cuyo visor cada quien observa lo que quiere ver, al más puro estilo de los demagogos latinoamericanos. ¿Le suena conocido?

garibaycamarena@hotmail.com        http://sinmediastintas.tripod.com

Sin medias tintas, opinión y análisis sociopolítico

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