Las
“vivas” de Juárez
Por:
Gerardo Enrique Garibay Camarena
30/06/05
Los asesinatos en Ciudad Juárez y en el resto del país deben ser una causa de preocupación para sociedad y autoridades,
las “muertas” de Juárez son motivo de escándalo y vergüenza para la frontera, con mayor razón las “vivas”
que, a través de grupos y asociaciones lucran política y económicamente con las muertes de sus paisanas.
Las muertas de Juárez, eran originalmente aquellas personas asesinadas de un modo muy similar, que daba a sospechar
la existencia de un asesino serial, sin embargo a partir de ahí se ha venido construyendo toda una parafernalia publicitaria
que poco o nada tiene que ver con los crímenes que dieron origen a este fenómeno. Se ha vendido (literalmente) la idea de
que en esa ciudad fronteriza hay una violencia generalizada y sistemática contra las mujeres, lo anterior, por más políticamente
correcto que pueda parecer, es falso. El número de hombres asesinados en Juárez, y en general en el resto del país es mucho
mayor al de las mujeres, en cantidades que llegan hasta 7 a 1.
En base a esta tragedia muchas “asociaciones” han encontrado un autentico nicho de mercado para explotar
el caso de las muertas de Juárez como una bandera política y como un medio de obtener recursos y notoriedad, al grado de estar
en proyecto la filmación de películas respecto al tema, una situación trágica de origen se ha vanalizado hasta el extremo
del cinismo.
Los grupos feministas exigen a los gobernantes que no haya “ni una muerta más”, eso es un sinsentido, el
gobierno no puede impedir ese tipo de crímenes, es imposible que las autoridades tengan a un policía vigilando las 24 horas
del día a todos los probables asesinos, lo que sí pueden hacer es atender la inquietud social que generan estos delitos y
perseguir a los culpables, cosa que han hecho en Juárez con un nivel mucho mayor de efectividad que en otros puntos del país,
de los 300 casos de mujeres asesinadas, en más de 200 se conoce el nombre del responsable y en muchos de ellos se han iniciado
procesos penales.
La otra parte de la responsabilidad corresponde a la sociedad, debemos ejercitar mínimas reglas de prudencia, está
comprobado que en Juárez muchas de las mujeres asesinadas practicaban conductas de riesgo, (volver solas a sus casas, salir
en compañía de desconocidos, etc) lo anterior no justifica los asesinatos que deben ser castigados con todo el peso de la
ley, pero tampoco podemos culpar a las autoridades por las imprudencias de los ciudadanos; si usted sabe que en una calle
asaltan no va a pasar por ahí a las 3 de la mañana con un Rolex en la mano ¿verdad?.
Todo esto no lo ven las “feministas”; para no ir más lejos, hace unas semanas el Obispo Martín Rábago recomendó
a las mujeres que se cuidaran y fueran prudentes, a lo que las autoproclamadas defensoras del sexo femenino reaccionaron con
una lluvia de criticas sobre el prelado que solo hacía una recomendación de sentido común.
Para reducir las cifras de asesinatos en Juárez y en todo México es necesario recomponer el tejido social, que las
autoridades persigan a los delincuentes y que los ciudadanos (hombres y mujeres) pongamos en práctica las medidas de precaución
que aconseja la lógica, de este modo evitaremos ser un número mas en la cifra de asesinatos, para dolor de nuestros familiares,
preocupación del gobierno.. y beneficio de las feministas.
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Hace un mes señalábamos que las causas del “negrogate”
eran el racismo políticamente correcto y el ansía de los líderes negros para obtener las 8 columnas; ahora han amenazado con
protestar en los Consulados de México en Estados Unidos contra la publicación de una estampilla postal con la imagen de Memin
Pingüín, por si a alguien le quedaban dudas.