SI
YO FUERA DIPUTADO
Por: GERARDO ENRIQUE GARIBAY CAMARENA
11/01/04
El
mexicano promedio percibe a los legisladores como un grupo de personas que tienen
grandes privilegios y enormes sueldos sin hacer nada de utilidad, como gente taimada y egocéntrica que solo voltea la vista
a los ciudadanos cada tres años, cuando se preparan para saltar de un puesto publico a otro y requieren del voto popular;
la sociedad piensa mal de los miembros de poder legislativo (sobre todo de los diputados) y no podemos culparla.
Recuerdo
un panel llevado a cabo hace cerca de tres años en la Universidad Iberoamericana León,
donde diputados de los tres partidos grandes acudieron para explicar las razones del fracaso del primer intento de reforma
fiscal de la administración Fox, que termino convertido en un remedo de miscelánea de triste memoria; de aquella ocasión se
me quedo muy grabada la exposición del entonces diputado federal del PAN Ricardo
Sheffield, quien en pocas palabras dijo que en la Cámara de Diputados había solo 10 legisladores con poder de decisión y que
los otros 490 eran meros números, una simple masa amorfa con la única finalidad de votar lo que les ordenaban sus respectivos
jefes de bancada.
Ante
esta confirmación de algo que, de hecho, vemos reflejado todos los días en los
debates y en las áreas de influencia del recinto legislativo la pregunta obligada es ¿para que queremos 500 legisladores si
solo 10 llevan a cabo una labor real? ¿para que pagar sueldos tan elevados a 490 personas que
obedecen únicamente las indicaciones de su jefatura de bancada haciendo caso omiso de la voz del pueblo que los eligió
e incluso del mas mínimo sentido común?
Basta
revisar los folletos informativos de actividades que los señores diputados hacen cada cierto tiempo del conocimiento publico,
en ellos se da cuenta de una gran cantidad de asistencia social, (que si ayudaron a unos viejitos a operarse, que si le compraron
sus uniformes a un equipo de Futbol, etc) pero la verdadera actividad legislativa brilla por su ausencia yo le pregunto a
Ud, ¿cuándo fue la ultima vez que se entero de que el representante de su distrito, su legislador haya, no digamos propuesto
una ley sino tan siquiera subido a tribuna a representarlo?
Los
lideres de las cámaras de Diputados y Senadores se han dado cuenta de que la opinión que de ellos tiene la sociedad es cada
vez peor y para contrarrestarlo han destinado en los últimos meses varios millones de pesos a anuncios de radio y televisión
donde exponen sus logros (en las ultimas semanas la Cámara de Diputados lo ha usado para echarle leña a su guerrita con el
presidente). Sin embargo el hecho de que en un país como México donde urge la aprobación de reformas estructurales que permitan
el desarrollo de la nación lo único que los legisladores puedan presumir es la aprobación de una irrelevante ley para regular
los tatuajes o (quien sabe como) combatir la desnutrición, es bastante preocupante.
Durante
los últimos años la cámara de diputados ha pasado de ser un emisario eunuco del presidente a un ring para las confrontaciones
y los exhibicionismos políticos, para legisladores sin escrúpulos cuya actividad se reduce a comportarse como infantes de
reformatorio durante los informes o a ser meros “calienta asientos”. Ciertamente también hay legisladores que
cumplen con su trabajo pero su labor se ve opacada y obstaculizada por aquellos (la mayoría) que se dedican a la grilla, al descanso, a levantar dedos, a todo, menos a trabajar.
En
el congreso del estado las cosas van bastante mejor que en el federal, los diputados locales se muestran mas civilizados que
los federales, se dedican mas a trabajar, a la necesaria creación y reforma de
las leyes de Guanajuato, reformas que en muchas ocasiones logran obtener el apoyo de todas o gran parte de las fracciones
locales; sin embargo es necesario para el desarrollo de nuestra entidad que dicha labor legislativa sea complementada con
las reformas estructurales, las cuales deben aprobarse en San Lázaro.
La Cámara de Diputados no puede, no debe
mantenerse bajo el actual esquema y de permanecer la inmovilidad legislativa respecto a los grandes temas del país pronto
será necesario hacer una “cirugía mayor” a todo el poder legislativo y una purga dentro del mismo, México necesita
reformas, si la actual estructura del Congreso de la Unión no se las puede dar, entonces dicho poder deberá ser reformado,
ya sea por la civilizada vía del acuerdo y la reforma política o por el camino de la inestabilidad social y la crisis económica,
por el bien de México esperemos que no sea menester llegar a lo segundo para que nuestro sistema legislativo salga de su marasmo
y cumpla con los requerimientos de un país como el nuestro; pero con nuestros políticos, nunca se sabe.