Se trata de una de las más agradables sorpresas en lo que va del año, basada en una muy exitosa novela de Lauren Weisberger,
the devil wears Prada es una película entretenida y agradable, con excelentes actuaciones acompañadas de una historia aceptable
y un excelente soundtrack que incluye entre otros a U2.
De entrada es de destacar la deliciosa actuación de Meryl Streep como Miranda Priestly, la terrible y odiosa editora de la revista de modas Runway, tan déspota y poderosa que quien trabaje
un año con ella podrá conseguir cualquier empleo en la industria editorial. Streep es simplemente genial, logra hacernos odiarla
y amarla a través de una actuación a la altura de las mejores de su carrera.
También
hay que hacer notar el espléndido trabajo de Anne Hathaway como la típica muchacha tímida y recién salida de la universidad.
Anne interpreta a Andrea Sachs, quien consigue el trabajo por el que muchas mujeres matarían: ser la 2da asistente de Miranda
Priestly. Es remarcable la transformación del personaje de Sachs, que pasa de no interesarse en lo absoluto por la moda a
convertirse en toda una “fashion girl”, lo que la va alejando de su familia y amigos, llevándola a preguntarse
que quiere en la vida y a tomar la decisión más importante de su carrera.
The
devil wears Prada es un retrato, quizá demasiado autocomplaciente, del mundo de la moda, a pesar de lo cual nos permite ver
un poco de los entretelones de esta forma de vida. La historia no es muy original que digamos, pero aún así logra cumplir
con su propósito: hacernos pasar un rato agradable y confirmar que una buena película veraniega no necesita grandes efectos
especiales ni hombres en capas, sino un buen guión y un elenco capaz de aprovechar ese guión al máximo.