Harry Potter y la Orden
del Fénix
Dirigida por: David
Yates
Con: Emma Watson,
Daniel Radcliffe, Michael Gambon, Alan Rickman
A
David Yates, el director de la nueva película de Harry Potter, y a todo su equipo les tocó un enorme desafío, adaptar un enorme
libro de más de 800 páginas a una cintá ágil y entretenida de poco más de dos horas de duración. Ahora, tras haber visto en
cines el resultado del esfuerzo de Yates y compañía podemos decir sin temor a equivocarnos que realmente lo han logrado.
Harry
Potter y la Orden del Fénix resulta una película sorprendentemente
madura en muchos aspectos, empezando por los protagonistas que al tiempo en que mantienen aquella frescura que sorprendió
al mundo allá por el 2001 han crecido enormemente en sus interpretaciones.
Los
efectos especiales son simplemente espectaculares, empezando por los Dementotes y concluyendo con la batalla final y los patronus,
el propio Hogwarts se ve completamente real, y ni que decir del Ministerio de Magia, sobrio, majestuoso y muy, muy elegante.
La
música, a cargo de Nicholas Hooper es una de las más agradables sorpresas con que nos encontramos en esta quinta parte de
las aventuras de Potter y sus amigos. Respetando el legado dejado en los 3 primeros soundtracks por el legendario John Williams,
Hooper construye algo nuevo y refrescante, superando de calle el buen esfuerzo realizado por Patrick Doyle para Harry Potter
y el Cáliz de Fuego. Destacan sobre todo los temas: “El vuelo de la Orden
del Fénix”, “El Ejército de Dumbledore”, “Fuegos Artificiales” y “Seres queridos y partida”.
Las
actuaciones de los 3 protagonistas son cada vez mejores y el resto del elenco nuevamente se luce, destacando la inglesa Imelda
Statunton como la despreciable y nueva profesora de Defensa Contra Las Artes Obscuras (considerando que Imelda también es
despreciable en la vida real quizá no hizo mucho mérito). Alan Rickman tiene una pequeña participación como el profesor Severus
Snape, pero se luce igualmente, mientras que Michael Gambon en su papel de Albus Dumbledore ofrece una trabajo de mucho mayor
nivel al que mostró en el Caliz de Fuego.
El
tono de la película es en general bastante obscuro, tal como amerita una mundo mágico que se enfrenta a la terrible amenaza
de Voldemort y los mortífagos mientras que los políticos se ocupan solo de mantener sus cargos, cerrando los ojos a la cada
vez más obvia y preocupante realidad (¿Dónde habremos visto eso?).
El
guión, escrito por Michael Goldenberg es en general bastante bueno, sobre todo si tomamos en cuenta lo complicado de su tarea,
pero no podemos pasar por alto que el final fue bastante menos emotivo de lo que pudo haber sido y que algunas cosas importantes
pasan demasiado rápido.
Tras
el estreno, primero de los libros y luego de las películas de Harry Potter, muchos “expertos” le auguraban una
corta vida; la realidad ha probado que estaban equivocados. El fenómeno construido por Rowling ha probado ser uno de los mayores
éxitos en los más de 8,000 años de lenguaje escrito. Esos “cuentos para niños” se han transformado en novelas
que, sin grandes pretensiones, han cautivado la imaginación del mundo entero. Si aun después de todos estos años todavía hay
quien lo dude le recomiendo que este muy atento el próximo 21 de julio, para observar la reacción mundial ante el lanzamiento
de el último libro de la saga, al que millones esperan (amos) con gran impaciencia.
En
conclusión Harry Potter y la Orden del Fénix es una muy buena
película, en la que multitud de elementos se combinan para hacernos pasar un gran rato en el cine, vale la pena.